Todo comenzó con un elevado de Max Muncy en la cuarta entrada, con las bases llenas y apenas un out. La pelota salió disparada hacia el jardín central, lo suficientemente fuerte como para soñar con un grand slam. Sal Frelick, el jardinero de Milwaukee, saltó contra la barda en un intento heroico por robarla. El problema es que el balón "rebotó en el borde de su guante, golpeó la parte superior de la valla y luego cayó de vuelta en sus manos", según confirmó la transmisión oficial.
Lo que siguió fue un caos calculado:
- Los corredores de Los Ángeles, creyendo que era atrapada, retrocedieron en modo emergencia.
- Frelick, aún confundido, lanzó a Joey Ortiz en corto, quien hizo un tiro perfecto al home.
- William Contreras atrapó la pelota y eliminó a Teoscar Hernández que intentaba anotar.
- Sin tiempo que perder, Contreras giró y lanzó a tercera base para forzar a Will Smith.
Frelick, todavía con los brazos abiertos y cara de incredulidad, se convirtió sin querer en el protagonista de una jugada que ya se compara con las mejores de la postemporada. Mientras, en el dugout de los Dodgers, solo hubo silencio. A veces, el béisbol no sigue el guion.
