Ricardo Hernández Esparza, un nombre sinónimo de pasión, conocimiento y profesionalismo, se fue de este mundo en la madrugada del 8 de octubre, dejando un legado que perdurará por siempre. La noticia, confirmada por su familia a través de redes sociales, golpeó a la comunidad deportiva como un rayo en un cielo despejado.
El reconocido periodista, quien se ganó el respeto y admiración de sus colegas y seguidores, se apagó tras complicaciones de salud derivadas de una intervención médica. Su partida, inesperada y dolorosa, nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada instante.
Ricardo Hernández Esparza no solo era un periodista deportivo, era un maestro de la crónica, un narrador que sabía cautivar a su audiencia con su voz apasionada y sus análisis perspicaces. Su legado se extiende más allá de las páginas impresas y las transmisiones radiales, se encuentra en la memoria de quienes lo conocieron y en la huella que dejó en el deporte poblano.
La noticia de su partida se ha extendido como la pólvora, dejando un manto de tristeza en el ambiente deportivo. Colegas, amigos y seguidores lamentan su ausencia y recuerdan con cariño su sonrisa contagiosa y su incansable pasión por el deporte.
Ricardo Hernández Esparza, un periodista que no solo informó, sino que inspiró a generaciones de deportistas y aficionados, se ha ido, pero su memoria seguirá viva en cada página que escribió, en cada palabra que pronunció y en cada corazón que tocó.