La euforia se apoderó del estadio cuando Springsteen y su banda, The E Street Band, irrumpieron en escena, preparados para deleitar a la audiencia con una lluvia de éxitos.
Sin embargo, el inicio del concierto tomó un giro inesperado. El primer acorde resonó, no con la energía de "Born in the U.S.A." ni la melancolía de "The River", sino con una melodía que muchos reconocieron de inmediato: el tema principal de "Ghostbusters".
La reacción del público fue inmediata. Un murmullo de incredulidad se convirtió en una ola de risas contagiosas que inundó el recinto. La sorpresa se extendió por todo el estadio mientras la icónica banda interpretaba con entusiasmo el tema de la película de los 80, con Stevie Van Zandt, el "Sopranos" del grupo, a la cabeza.
En las redes sociales, la euforia se desató. Los fans, conmocionados por la irreverente elección, compartieron videos del momento y bautizaron a la banda como "Ghostbrucesters". La mayoría celebró el momento, considerándolo una muestra del ingenio y la espontaneidad del legendario rockero.
El concierto continuó con el repertorio típico de Springsteen, incluyendo clásicos como "Dancing in the Dark" y "Thunder Road". El setlist también incluyó una versión de "Nightshift", de los Commodores, que forma parte de su último álbum, "Only the Strong Survive".
Sin duda, el "Boss" demostró una vez más su capacidad para sorprender y encantar a sus fans, aceptando el reto de interpretar un tema completamente diferente a su repertorio habitual. La audiencia se fue con un recuerdo único de la noche en que Bruce Springsteen se convirtió en el "Ghostbuster" del rock.