Un organizador de eventos que trabajó con Sean "Diddy" Combs a principios de la década de 2000 reveló detalles sobre las fiestas conocidas como "freak offs", las cuales, según se informa, tenían un costo aproximado de USD 500 000 por evento. El planificador, cuya identidad se mantiene en reserva, describió elaboradas instalaciones con espejos en paredes y techos: "Por todas partes donde miraras, te veías reflejado una y otra vez".
De acuerdo con la fuente, el presupuesto se destinaba tanto a la parte convencional del evento como a las actividades posteriores. "Gran comida, alcohol costoso, bailarines, acróbatas, modelos. A veces teníamos animales vivos, a veces diferentes artistas. Todo sumaba, pero a él no le importaba", detalló el organizador. Las fiestas coincidían con eventos importantes como los MTV Video Music Awards o el Super Bowl.
El planificador especificó que su rol se limitaba a coordinar "la comida, el alcohol, el entretenimiento y la decoración", sin intervenir en la lista de invitados. "Él contrataba tanto a hombres como a mujeres que se hacían llamar 'modelos', pero parecía obvio, al menos para mí, que en realidad eran trabajadores sexuales", reveló.
The New York Post ha tenido acceso a más de dos docenas de videos de estas fiestas, que aparentemente son grabaciones de los "freak offs". En uno de ellos, según el diario estadounidense, parece que el propio Combs participó en las actividades, sosteniendo la cámara mientras aparentemente mantenía relaciones con una mujer.
Es importante destacar que las acusaciones contra Sean Combs son solo eso: acusaciones. Él se declara inocente de todos los cargos y tiene derecho a un juicio justo. La opinión pública debe ser cautelosa al emitir juicios hasta que se conozcan todos los hechos y se desarrolle el proceso legal.