Apenas una semana antes de su muerte, el 9 de octubre, Henry envió una carta de cese y desistimiento a Payne, sus abogados y representantes, acusándolo de enviar "imágenes y videos no solicitados y perturbadores" a ella y a su familia. Las imágenes incluían, entre otras, "fotos de sus genitales y varios videos de Payne realizando actos sexuales perturbadores".
La carta también detalla que Payne "se comunicaba activamente" con terceros para distribuir "material visual íntimo" de Henry en "modo íntimo". Las acusaciones, reveladas por Page Six, hacen eco de las declaraciones previas de Henry sobre el comportamiento obsesivo de Payne tras su ruptura en 2022. Ella aseguraba que constantemente la contactaba desde diferentes números de teléfono y cuentas de iCloud, utilizando a veces su adicción como una forma de manipulación.
La información que ha surgido sobre Payne antes de su muerte complica la narrativa de su fallecimiento. Las autoridades argentinas, que investigan su muerte, ya descartaron el suicidio, concluyendo que probablemente estaba inconsciente cuando cayó del balcón del hotel. Los análisis toxicológicos revelaron la presencia de varias drogas en su organismo.
La investigación sobre la muerte de Payne continúa, con tres personas acusadas, entre ellas un empleado del hotel y un supuesto traficante de drogas. Mientras tanto, la familia de Payne y su entorno cercano se enfrentan a un complejo laberinto de emociones y acusaciones que proyectan una sombra sobre el legado del cantante.