El pastor, Kent Hart, salió corriendo detrás del vehículo y logró detenerlo a unos cuatro millas de distancia.
La conductora del van resultó ser Grace Kelley, de 28 años, hija de la famosa cantante de country Wynonna Judd. Según el informe policial, Kelley estaba bajo los efectos de la heroína y se comportaba de manera errática. Le dijo a la policía que había vendido su alma al diablo y que un hombre había salido del asiento del conductor y había huido hacia el bosque.
La policía encontró que Kelley había robado el van de la iglesia y lo había dañado durante la fuga. El vehículo, que valía $3,800, fue declarado pérdida total por la aseguradora. El pastor Hart lanzó una campaña de recaudación de fondos para reemplazar el van, que es esencial para transportar a los miembros de la congregación y equipo a los servicios dominicales.
La historia de Kelley es compleja y llena de problemas. Tiene antecedentes penales en Tennessee, Georgia, Alabama y Virginia, incluyendo condenas por producción de metanfetamina, evasión de arresto y conducción bajo la influencia del alcohol. También tiene casos pendientes en varios estados por cargos que incluyen agresión agravada, allanamiento de morada y violación de una orden de no contacto.
"Queremos que la comunidad sepa que, a nivel personal, hemos perdonado a Grace Kelley", escribió el pastor Hart en la página de GoFundMe. "Hemos estado orando por su reconciliación, rehabilitación y redención cada domingo. Esperamos que Grace enfrentará las consecuencias divinas por sus acciones y que estas consecuencias serán un medio de gracia que ayudará en su recuperación y redención".
La policía informó que Kelley sigue detenida en la cárcel regional de Albemarle-Charlottesville. Su madre, Wynonna Judd, no ha hecho comentarios públicos sobre el incidente.
La historia de Kelley es un recordatorio de la complejidad de la adicción y la importancia de la compasión y el perdón. Aunque ha cometido errores graves, la comunidad de la iglesia de Hart ha elegido perdonarla y orar por su recuperación.