Parastoo Ahmadi, una cantante iraní, se ha convertido en el centro de una controversia internacional. Su nombre no ha llegado a los titulares por un éxito musical, sino por un arresto que ha generado un debate a nivel global. La causa? Un concierto virtual, aparentemente inofensivo, que terminó por desafiar las normas establecidas.
El concierto, transmitido en línea, fue el detonante. Ahmadi compartió escenario con músicos hombres, sin portar el velo islámico obligatorio. “Una chica que quiere cantar para la gente que ama y que este es un derecho que no puede ser obligado”, dijo la cantante en un video previo a la presentación. Unas palabras que, en el contexto iraní, resonaron con una fuerza sorprendente.
Las autoridades iranianas consideraron este acto como un desafío directo a las leyes del país, especialmente considerando la inminente aprobación de una ley con severas sanciones para las mujeres que no usen el hiyab. El jueves 12 de diciembre, un día después del concierto, agentes de seguridad allanaron la vivienda de Ahmadi.
La cantante, junto con sus músicos, fue acusada de realizar un concierto “sin permiso” y de violar las normas legales y religiosas. La incertidumbre sobre su paradero se prolongó hasta el sábado 14 de diciembre, cuando su abogado, Milad Panahipour, confirmó su detención.
Las posibles consecuencias son alarmantes. La nueva legislación en proceso contempla:
- Multas considerables
- Prisión
- Latigazos
El caso de Ahmadi trasciende el ámbito musical. Representa la lucha por los derechos de las mujeres y la libertad de expresión en un contexto de creciente represión en Irán. La incertidumbre sobre su futuro y el impacto de su arresto en el debate sobre los derechos de la mujer en el país, permanecerán como temas relevantes en los próximos días y semanas.