Para muchos, la rutina diaria es un constante ir y venir, sin percibir la fragilidad de la existencia.
Pero la vida de Thalí García, actriz reconocida por su participación en El Señor de los Cielos y La Casa de los Famosos, tomó un rumbo dramático en las últimas semanas. Apenas unas semanas después del fallecimiento de Gabriel Romero, padre de su hija y su ex esposo, recibió un diagnóstico que cambiaría su perspectiva por completo.
Todo comenzó con un pequeño granito en la espalda, algo que inicialmente pasó desapercibido. "Hace como un año y medio me salió lo que pensé que era un granito en la espalda, por la parte del brasier. Me lo reventé y no le tomé más importancia", confesó la actriz en una entrevista reciente con una revista de espectáculos.
Sin embargo, ese "granito" comenzó a cambiar. A principios de noviembre, Thalí notó una mancha negra preocupante. Su hermana, quien trabaja en un hospital especializado en cáncer en Nueva York, fue clave en este proceso. "A principios de noviembre, me estaba cambiando y se me ocurrió verme con un espejo. Noté una manchita negra. Llamé a mi hermana...", relata. Tras una consulta con su dermatooncóloga, Paola Castañeda, en México (debido a la falta de seguro médico en Estados Unidos), se realizó una biopsia.
El 21 de noviembre, la cirugía reveló la verdad: melanoma. Un tipo de cáncer de piel. Afortunadamente, se detectó en una etapa temprana, antes de que afectara los ganglios linfáticos. "Este fue encontrado en etapa temprana. Las raíces no habían atravesado la dermis (piel) y no llegó a los ganglios. No ocupé radioterapias ni quimios", explicó aliviada.
Ahora, Thalí se enfoca en su recuperación y en el cuidado continuo para prevenir futuras lesiones. Ella misma describe la situación como "un año que me llovió sobre mojado", pero resalta su fortaleza y la importancia de la detección temprana del cáncer. Su experiencia sirve como un recordatorio poderoso de la importancia de la atención médica preventiva y la revisión periódica de nuestra salud.
La actriz subraya la necesidad de estar atentas a cualquier cambio en la piel, como la asimetría o cambios de color de una lesión. Su lucha personal, en medio del duelo y la nueva batalla contra el cáncer, es un testimonio de resiliencia y una lección invaluable para todos nosotros.