Mucho más que la simple cuenta regresiva, se trata de una evolución, una fusión de tradición y modernidad que promete una experiencia inolvidable. El misterio se revela: Pitbull, el famoso cantante, en su faceta de cofundador de CleanBoss, participó activamente en la instalación de los nuevos cristales de la icónica bola. Junto a Joy Mangano, completaron la puesta a punto de esta esfera geodésica de 366 cm de diámetro y 5.4 toneladas de peso, fabricada por Gillinder Glass, un taller neoyorquino con renombre.
Pero ¿qué hace especial a estos cristales? El comunicado de prensa de Pitbull lo describe como una representación de “unidad y amor duradero”. Este año, se incluyen dos diseños exclusivos: One Times Square 2025, que rinde homenaje a la arquitectura del edificio, y Ever Crystal, con anillos entrelazados que simbolizan la conexión humana.
Más allá de la estética, la colaboración con CleanBoss profundiza la iniciativa de sostenibilidad. “Creamos CleanBoss para los héroes cotidianos… personas que merecen soluciones más seguras y efectivas,” declararon Pitbull y Mangano. La alianza entre CleanBoss y Times Square Alliance no es solo un patrocinio; es un reflejo de la visión personal de Pitbull, inspirado en el legado de su madre, quien trabajó con productos de limpieza tóxicos.
La iniciativa trasciende la simple limpieza. CleanBoss se convierte en el socio oficial de limpieza del One Times Square, una decisión que resuena con la experiencia de Joy Mangano, reconocida por sus invenciones que revolucionaron la industria de la limpieza durante más de 25 años. “Aquí está el 2025, la revolución CleanBoss apenas comienza,” enfatizó Pitbull.
Pero la innovación no termina ahí. Tras la celebración, la bola y los números que marcan el año serán parte central del nuevo museo Times Travel, abriendo sus puertas en 2025. Michael Phillips, presidente de Jamestown (propietaria de One Times Square), prevé un “destino durante todo el año para entretenimiento, tecnología y arte,” transformando así un ícono histórico en un espacio dinámico y moderno.
One Times Square, testigo del descenso de la bola desde 1907, se reinventa. El evento no solo marca el fin de un año, sino el comienzo de una nueva era para este emblemático edificio neoyorquino.