Quinn espera asumir el mando de una importante base en Alemania, pero un general vengativo (Joe Morton), que escuchó una grabación con comentarios poco favorecedores sobre él -tan terribles que solo se escuchan pitidos de censura-, lo relega a una base en Países Bajos. Esta base, autoproclamada como "la base del ejército estadounidense menos importante del mundo", se dedica principalmente a la elaboración de quesos, el servicio de lavandería y... algo relacionado con el boliche.
Sin embargo, la falta de disciplina del lugar -nadie hace el saludo militar, aunque sí pueden saludar con la mano- choca con el rígido sentido del orden del Coronel Quinn. Para empeorar las cosas, descubre que su hija, la Capitana Maggie Quinn (Taylor Misiak), es la comandante interina. La relación entre padre e hija está llena de tensiones, exacerbadas por años de distanciamiento y la incapacidad de Quinn para reconocer sus propios problemas.
El Mayor Abraham Shah (Danny Pudi), el leal oficial ejecutivo de Quinn, intenta navegar entre las dificultades de su superior, quien lucha con el lenguaje políticamente correcto y la tecnología moderna. Mientras tanto, Shah desarrolla un interés romántico por Maggie. Completan el elenco Laci Mosley como la sargento Dana Conway, una experta en conseguir cualquier cosa; Dempsey Bryk como el nervioso soldado "B.A." Chapman; y Hal Cumpston como el genio informático Elias Papadakis, cuyo aspecto físico es motivo de burla para Quinn.
La serie, creada por Joel Church-Cooper ("Brockmire"), es una comedia convencional con momentos desopilantes. Un episodio, por ejemplo, involucra el robo de un tanque para reparar el ego herido de Quinn. La serie sigue la fórmula de "Los inútiles", pero a diferencia de aquella, el crecimiento personal se centra en la Capitana Maggie y no en el equipo, que está perfectamente adaptado a su peculiar vida en la base. La comedia se centra, sobre todo, en la relación entre los personajes; y la presencia del ejército, aunque esencial para el contexto, juega un rol secundario.
La presencia de Katja Vanderhoff, interpretada por Catherine Tate, añade una capa de realismo. Presidenta de la cámara de comercio de Stroopsdorf y dueña de un burdel local, con un doctorado en "feminismo interseccional en el capitalismo tardío", Katja es una figura clave en el desarrollo emocional de Quinn, aportando un contrapunto a la locura de la base.
En definitiva, "Going Dutch" ofrece una mirada divertida y poco convencional al mundo militar, demostrando que incluso en los lugares menos probables, las relaciones humanas, con todas sus complejidades, son el verdadero corazón de la historia.