En el corazón de la polémica se encuentra la quinta edición del manual del jugador de Dungeons & Dragons, celebrada recientemente por su 50 aniversario. Wizards of the Coast, la editorial propiedad de Hasbro, ha introducido modificaciones que han generado un intenso debate entre la comunidad de jugadores. Cambios como la sustitución de "razas" por "especies" y la implementación de mecanismos para gestionar la incomodidad de los jugadores durante las sesiones de juego, son el centro de la controversia.
El New York Times destaca que estos cambios implican, por ejemplo, que un enano de montaña ya no es inherentemente corpulento y resistente por definición, ni un elfo alto inteligente y diestro. La empresa sugiere que las campañas comiencen con sesiones para establecer expectativas y temas a evitar, incluyendo temas sensibles como la agresión sexual o el consumo de drogas. Ryan Lessard, escritor y Dungeon Master frecuente, lo describe como un intento de "señalizar un enfoque seguro, inclusivo, reflexivo y sensible a la narración fantástica".
Sin embargo, la reacción de algunos jugadores ha sido de rechazo. Robert J. Kuntz, diseñador de juegos galardonado y colaborador de Gary Gygax, co-creador de D&D, lo considera "innecesario" y cuestiona la necesidad de cambiar la palabra "raza". Ejecutivos de Wizards of the Coast defienden los cambios argumentando que responden a la demanda de los jugadores por mayor libertad en la creación de personajes.
La discusión se ha extendido a las redes sociales, con usuarios en X (antes Twitter) criticando a WoTC y Hasbro por alejarse de los orígenes del juego, incluso citando pasajes del prefacio que mencionan la exclusión y representación irrespetuosa de las mujeres, y la descripción de la esclavitud como una transacción comercial. Figuras públicas como Elon Musk se han sumado al debate, expresando su enojo con la editorial.
En paralelo, Mark Kern, ex líder de equipo de "World of Warcraft", ha señalado la creciente influencia de la ideología progresista en la industria del videojuego, mencionando a empresas de consultoría como Sweet Baby Inc., que se autodefine como una compañía enfocada en la inclusión y en enriquecer la industria. La situación deja en evidencia la complejidad del debate, donde se cruzan la nostalgia, la inclusión y las consideraciones comerciales.