El verano pasado, el estreno de "Romper el círculo" prometía ser un éxito. Basada en el best-seller de Colleen Hoover, la película tenía todos los ingredientes para convertirse en un fenómeno. Sin embargo, la producción estuvo marcada por una fricción significativa entre Blake Lively, protagonista y productora, y Justin Baldoni, el director. Fuentes cercanas a la producción afirman que las diferencias surgieron por sus visiones contrastantes para la película. Mientras Baldoni buscaba una interpretación más artística, Lively abogaba por un enfoque más comercial, generando un ambiente tenso.
Estas discrepancias, según se filtró a la prensa, no se limitaron al ámbito creativo. "La tensión era palpable en el set", comentó un miembro anónimo del equipo de producción a un medio de comunicación. La constante discrepancia entre Lively y Baldoni, con Lively utilizando su peso como protagonista y productora para contradecir las decisiones del director, intensificó el conflicto.
Pero la situación escaló dramáticamente cuando Blake Lively presentó una denuncia ante el Departamento de Derechos Civiles de California, acusando a Justin Baldoni de acoso sexual y represalias. La denuncia, que incluye mensajes de texto como evidencia, alega que tras expresar su incomodidad por ciertas situaciones en el set, Baldoni y su equipo filtraron información para perjudicar su reputación profesional.
La polémica explotó aún más con la publicación de un extenso artículo en The New York Times titulado "'Podemos enterrar a cualquiera': dentro de una máquina de desprestigio de Hollywood". Este artículo, que detalla las conversaciones entre Lively y Baldoni, provocó una reacción inmediata. Como respuesta a la publicación del NYT, Justin Baldoni presentó una demanda contra el periódico, alegando una descripción inexacta de los hechos y un incumplimiento de contrato. La demanda, que consta de 87 páginas, señala un presunto fraude y busca refutar la narrativa presentada en el artículo del New York Times, un artículo que, según reportes, llevó al despido de Baldoni de la agencia WME.
El caso, con sus acusaciones cruzadas y su compleja trama, ha generado un debate sobre el poder, la dinámica de trabajo y la cultura de Hollywood. Los detalles aún se siguen revelando, dejando a la espera de cómo se resolverá esta batalla legal y mediática.