Su historia, sin embargo, trasciende la típica narrativa de éxito empresarial.
Este hombre de 53 años, con un marcado acento de Burnley, se ha convertido en una figura pública gracias a sus campañas por una mejor regulación financiera en el Reino Unido. Recientemente, Netflix estrenó Bank of Dave 2: The Loan Ranger, una secuela que continúa su peculiar lucha contra los prestamistas de día de pago. En la película, Fishwick tiene incluso tres cameos, incluyendo uno como matón al servicio de un jefe de préstamos, interpretando una versión ficticia de sí mismo, mientras persigue a su propio personaje ficticio en pantalla, interpretado por el actor Rory Kinnear. "Es extraño cuando empiezas a jugar con eso en tu cabeza: es Dave, que no es Dave, persiguiendo a Rory que está interpretando a Dave," comenta entre risas.
Pero, ¿cuánto de la película es real? Fishwick lo aclara: "Es más que 'casi cierto'. Hay una gran parte de verdad en esta". Su batalla central fue contra Wonga, el mayor prestamista de día de pago de Gran Bretaña, hasta su colapso en 2018. Wonga ofrecía préstamos a corto plazo con tasas de interés exorbitantes, llegando a superar el 5,000% TAE.
Fishwick relata cómo empezó a recibir cartas de personas desesperadas, atrapadas en una espiral de deudas impagables. Asombrado, decidió absorber personalmente las deudas de 25 prestatarios, pidiéndoles solo unos pocos pesos semanales hasta saldar sus deudas. "Algunos de ellos rompieron a llorar frente a mí. Estaban realmente mal, algunos habían huido de sus casas," recuerda. Este acto de compasión, sin embargo, lo llevó a una lucha mucho mayor.
Junto a su "mano derecha", David Henshaw, Fishwick inició una implacable persecución tras los prestamistas, buscando a aquellos responsables de esta situación. "Fue más difícil de lo que pensé, porque encontrar a estas personas es un arte en sí mismo, ya que no quieren ser encontrados," explica. La búsqueda los llevó a direcciones ocultas, buzones postales, y finalmente, a una red con conexiones en Estados Unidos.
La película muestra confrontaciones violentas, pero la realidad, según Fishwick, fue también tensa: "Terminé rodando por el suelo con una compañía porque intentaron echarme. Eran gente terrible, terrible, y nos estaban infligiendo violencia. Pero no le tengo miedo a nada ni a nadie en el planeta, sabía que estábamos haciendo lo correcto."
Las consecuencias de su cruzada fueron significativas. La Autoridad de Conducta Financiera impuso una compensación de más de £2.6 millones a Wonga y estableció un límite de precio que redujo drásticamente las tasas de interés. Las ganancias de estas empresas depredadoras se desplomaron. Sin embargo, Fishwick continúa su lucha, consciente de que nuevos desafíos, como los prestamistas "buy now, pay later" y los usureros, siguen acechando a los más vulnerables en medio de la actual crisis del costo de vida en el Reino Unido.
La historia de Dave Fishwick, más allá de la película, resalta la persistencia de la desigualdad financiera y la necesidad de una regulación efectiva para proteger a las personas vulnerables ante prácticas crediticias abusivas.