La guionista de Grey's Anatomy, Elisabeth Finch, conocida por su pasado controversial, ha generado controversia al solicitar donaciones para suministros de mascotas tras ser evacuada. Esta acción ha reavivado las memorias de un escándalo que la involucró en 2022, un escándalo que la llevó a las páginas de Vanity Fair y al documental de Peacock, Anatomy of Lies.
¿De qué se trata la polémica? Finch, quien previamente mintió a sus compañeros de trabajo sobre tener un raro tipo de cáncer óseo, ahora pide ayuda económica para sus animales. Esta solicitud ha sido recibida con escepticismo, particularmente por parte de Jamie Denbo, una productora de la misma serie, quien compartió en redes sociales una captura de pantalla de la publicación de Finch, advirtiendo a sus seguidores sobre su pasado de engaños.
"Esta persona es una ESTAFADORA y una MENTIROSA. Está bien documentado en la serie de Peacock, Anatomy of Lies," escribió Denbo. Su mensaje fue contundente, instando a la audiencia a no contribuir a la recaudación de fondos de Finch.
Finch, por su parte, ha respondido a las acusaciones a través de una declaración al Hollywood Reporter. "Reconozco que, dada mi historia, la gente podría ser escéptica sobre mis esfuerzos de recaudación de fondos", declaró. "Estoy intentando enmendar mis errores de la forma que pueda, incluyendo ayudar a mi comunidad, especialmente en estos tiempos difíciles."
La historia de Finch es un ejemplo extremo de las consecuencias de la mentira. Su engaño, que se extendió por años, abarcó desde la invención de un diagnóstico de cáncer hasta la invención de la pérdida de un amigo en el tiroteo de la sinagoga Tree of Life. El ex escritor de Grey's Anatomy y guionista jefe de Scandal, Mark Wilding, describió a Finch como alguien con una personalidad "un poco rara, intensa, al borde". Su ascenso meteórico en la industria, facilitado por sus mentiras, ha terminado abruptamente. Su caso sirve como una advertencia sobre el impacto de las acciones y la importancia de la veracidad en el ámbito personal y profesional.
A pesar de su intento de redención, la respuesta del público es cautelosa. El incidente revela una vez más la delgada línea entre la compasión y el escrutinio público en la era de las redes sociales.