Las estrellas principales de esta producción son Nicole Kidman y Antonio Banderas, quienes por primera vez comparten pantalla en un proyecto tan atrevido. Kidman interpreta a Romy, una exitosa ejecutiva que se adentra en los rincones más profundos de su ser, mientras que Banderas, a sus 64 años, da vida a Jacob, su esposo y director de teatro. A ellos se une Harris Dickinson, completando un triángulo de relaciones complejas.
La propia Kidman, en una entrevista reciente para la revista Fotogramas, ha expresado su satisfacción con el resultado. “Fue una gran fortuna encontrar hombres como Harris, que entró a la cocina y me dijo ‘aquí estoy, soy tuyo’. Y Antonio, que nos dio el visto bueno desde el principio”, relata la actriz australiana, describiendo la dinámica de trabajo con sus compañeros. Su conexión con Banderas fue inmediata: “Lo vi y sentí que llevábamos casados toda la vida. Que era alguien con experiencia”.
Pero, ¿cómo llegaron Kidman y Banderas a este proyecto? Para Kidman, el guion de Babygirl fue una revelación. “Fue oír Babygirl y solo el título me hipnotizó y me metí de cabeza. Lo leí de un tirón, llamé a Halina (Reijn), hablamos hora y media y me agarró su autenticidad, su humor y el hecho de ser dirigida por una mujer”, confiesa. Banderas, por su parte, se sintió atraído por la valentía de la historia en un contexto actual: "Estamos en un mundo tan políticamente correcto que hemos llegado a la autocensura. Por eso, cuando leí el guion de Halina Reijn, pensé: ¡Alguien que piensa diferente!", explicó el actor y productor en la Mostra de Venecia.
El filme, con su audaz enfoque sobre el sexo y las relaciones de poder, ha cosechado numerosos reconocimientos internacionales para Kidman, incluyendo la Copa Volpi en Venecia y el International Star Award en Palm Springs, este último marcado por una emotiva dedicatoria a su madre recientemente fallecida. Además, cuenta con nominaciones al Globo de Oro y una posible nominación a los Premios Oscar en enero de 2025.
A pesar de los éxitos obtenidos, Kidman admite que la experiencia fue un desafío: “Mi mejor trabajo está siempre por llegar. Esto es un viaje y nunca siento que termina. Al contrario. Babygirl me aterrorizó hasta el final. Cuando estaba sentada en la premier en Venecia… No podía dejar de pensar Si esto no funciona, saldré a gatas. Eso sí que fue terror”. Una mezcla de logro profesional y dolor personal que impregna esta intensa historia.