Uno de los intérpretes de villanos más famosos de México es el gran Ernesto Laguardia. Nadie hubiera imaginado que el actor había participado en el filme Dune (y no nos referimos a la versión de Denis Villeneuve lanzada en 2021), sino en la primera adaptación realizada en 1984.
El enigmático cineasta David Lynch –quien falleció este 16 de enero– fue el valeroso caballero que tuvo la genial idea de adaptar una de las obras literarias más importanges de la historia. Conocido también por sus obras como Blue Velvet y Twin Peaks, el director tuvo un encuentro bastante peculiar con Laguardia cerca de los Estudios Churubusco.
En una entrevista concedida a Yordi Rosado, Laguardia relató cómo su carrera actoral dio un giro bastante melodramático al trabajar como extra en diversos proyectos cinematográficos, hasta que se topó con Lynch en un café. Sin reconocerlo, platicó amenamente con él. “Hablamos de cine, de la vida, de la familia. Pero ni él sabía quién era yo ni yo sabía quién era él”, comentó Laguardia. Al final de la charla, Lynch le reveló que era el director de la película.
Según cuenta, su personaje fue inspirado en un sueño de David, quien solía incorporar sus visiones oníricas en sus trabajos. “Era un sueño que tuvo él: soñó que el malo mataba a un muchacho, entonces le hacían un pecho y le arrancaba con un cuchillo que tenía ahí metido”, relató.
Sin imaginarse que su breve actuación tardaría tres semanas en rodarse, esta experiencia marcó en él lo que quería hacer por el resto de su vida. “De aquí soy, esto quiero”.
Su anécdota forma parte de las tantas historias que elevaron a este filme como un referente de culto.