La protagonista es Salma Hayek, quien en varias entrevistas ha relatado sus encuentros con el expresidente. No se trata de una simple anécdota; sus revelaciones ofrecen una perspectiva íntima sobre la personalidad del magnate, y la manera en que este intentaba acercarse a la actriz mexicana. Todo comenzó, según Hayek, con un gesto aparentemente caballeroso: un abrigo en una noche fría.
“Cuando conocí a ese hombre, yo tenía novio y él intentó hacerse amigo suyo para conseguir mi número de teléfono de casa,” contó Salma en El Show del Mandril en 2016. Este detalle, aparentemente trivial, se convierte en la clave de una serie de eventos que llevaron a que Trump la invitara a salir, a pesar de que ella estaba comprometida.
La insistencia de Trump, según las propias palabras de Salma, no se detuvo ahí. “Él consiguió mi número y me llamaba para invitarme a salir,” afirmó. Pero su negativa desencadenó una inesperada reacción: “Alguien le dijo al National Enquirer… decía que no quería salir conmigo porque yo era demasiado bajita,” recordó la actriz, añadiendo un giro intrigante a la narrativa.
La versión de los hechos no termina ahí. En una entrevista posterior en The Daily Show with Trevor Noah, Salma ofreció más detalles. Describió cómo Trump, tras una conversación con su novio en un evento, los invitó a su hotel en Atlantic City. Fue entonces cuando obtuvo sus números telefónicos. Lo más sorprendente es cómo Trump la contactó directamente a ella, ignorando a su novio, según la versión de la actriz. Su mensaje, según Salma: “No es lo suficientemente bueno para ti. No es importante, no es lo suficientemente grande para ti. Tienes que salir conmigo.”
El relato de Salma Hayek, con sus matices y revelaciones, nos presenta un retrato poco convencional de un personaje tan conocido como Donald Trump. Un personaje que, al menos en este capítulo de su vida, se muestra con una estrategia de conquista poco ortodoxa, y un final que, a la luz de los acontecimientos actuales, resulta aún más peculiar. Hoy, Salma Hayek está felizmente casada con François-Henri Pinault, una historia que contrasta con la insistente cortejo del expresidente, dejando al lector con más preguntas que respuestas.