Más allá del dolor y la tristeza, un detalle llamó la atención: la presencia de los tres exmaridos de Coleen Nolan. Sí, leyeron bien. Shane Richie, su primer esposo; Ray Fensome, su segundo marido; y Michael Jones, su exnovio, se unieron al pésame.
Shane Richie, de 60 años, padre de sus hijos Shane Jr. y Jake, fue uno de los primeros en llegar a la iglesia de St. Pauls. Se le vio conversando con Ray Fensome, quien estuvo casado con Coleen durante 11 años (de 2007 a 2018) y es padre de su hija Ciara. La presencia de Michael Jones, quien mantuvo una relación de tres años con Coleen hasta finales de 2024, añadió un matiz más a esta singular reunión.
Se observó a Michael consoland a Ray en un momento dado, una muestra de la madurez y el respeto que parecen existir entre ellos. Coleen, visiblemente emocionada, fue vista secándose las lágrimas. Su actitud, según declaraciones anteriores, refleja una filosofía de mantener vínculos amistosos con sus exparejas, incluso a pesar de las circunstancias.
Los hijos de Coleen, Shane Jr. (36 años) y Jake (32 años), actuaron como portadores del féretro, llevando solemnemente el ataúd rosa de su tía entre la multitud. Junto a otros seis hombres de la familia y amigos, alzaron el ataúd adornado con ramos de flores rosas.
El evento también estuvo marcado por la participación de Shane Richie en la entrada de la iglesia y Denise Nolan, quien pronunció la elegía. Las hermanas Nolan, Maureen (71), Anne (74) y Denise (72), recibieron el apoyo y los aplausos de los asistentes a su llegada.
"Hemos decidido que preferimos seguir siendo amigos, tomarlo como una amistad. Y, ya sabes, no tiene nada que ver con nadie más, no es culpa de nadie," dijo Coleen a la revista OK! Magazine sobre su reciente separación de Michael Jones, una ruptura que, según ella, se debe a su agenda apretada y la necesidad de priorizar otros aspectos de su vida.
Coleen ha hablado en varias ocasiones sobre su capacidad para mantener relaciones cordiales con sus exparejas, incluso colaborando profesionalmente con algunos de ellos. Esta actitud, según sus propias palabras, es fruto de la experiencia y la madurez, una evolución que la ha llevado a un entendimiento diferente del amor y las relaciones interpersonales.