El año pasado, la Arena Ciudad de México vibró con la final de Miss Universo, un certamen con una historia rica que se remonta a 1952, bajo la actual dirección de figuras como Jakkaphong Jakrajutatip y el mexicano Raúl Rocha Cantú. Pero esta vez, la atención se centra en un evento mucho más íntimo, una pérdida profundamente sentida.
La noticia del fallecimiento de una destacada figura del mundo de los certámenes de belleza en Puerto Rico llegó a través de las redes sociales, específicamente Facebook. Fue la prima de Aida Betancourt quien compartió la triste información el 1 de febrero: “Con profunda tristeza les informaré el repentino fallecimiento de mi prima hermana Aidita Betancourt (Peache). Aidita ha ido a morar a la casa del Señor, oramos por su eterno descanso”.
Aida Betancourt, quien obtuvo el título de Miss Puerto Rico en 1969, dejó un legado que se extiende más allá de su reinado. Su sucesora, Marisol Malaret, logró un hito histórico al convertirse en la primera puertorriqueña en coronarse Miss Universo al año siguiente. Este suceso marca el impacto duradero de Betancourt en la historia de los certámenes de belleza de la isla.
La noticia generó una ola de condolencias. Entre las muestras de cariño, destaca el mensaje de Beba Franco, Miss Puerto Rico 1971: “Me enteré por las redes sociales, una pena muy grande. No sabía que Aidita estuviera enferma, a pesar de que nos manteníamos en contacto por Facebook”. Un testimonio que refleja el impacto personal de la pérdida y la cercanía que existía entre estas figuras del mundo de la belleza puertorriqueña.
Detalles sobre la causa del fallecimiento de Aida Betancourt no fueron divulgados públicamente por su familia, manteniendo la privacidad en un momento de tanto dolor. Su memoria, sin embargo, perdura en la historia del concurso Miss Puerto Rico y en los corazones de quienes la conocieron.