Según un denunciante anónimo, su vehículo de alta gama fue sustraído de un taller en Los Ángeles, solo para reaparecer misteriosamente en una agencia de automóviles vinculada con la familia Álvarez en Guadalajara.
El dueño del Roll Royce afirma que el vehículo fue visto en la agencia "Álvarez Exotics", pero cuando intentó recuperar su propiedad, se encontró con una serie de obstáculos y evasivas.
Las indagaciones posteriores del denunciante lo llevaron a la conclusión de que su automóvil ahora está en posesión del cantante Luis R. Conriquez. Tras un presunto encuentro físico, el afectado asegura que Conriquez adquirió el vehículo robado.
Aunque ni Álvarez ni Conriquez se han pronunciado al respecto, el denunciante afirma tener pruebas irrefutables de la propiedad del vehículo. El caso sigue en desarrollo, con la posibilidad de implicaciones legales para ambos famosos.
Cabe señalar que las acusaciones han generado revuelo en las redes sociales, con muchos internautas expresando su incredulidad ante la posible participación de Álvarez y Conriquez en un delito de esta naturaleza.