Paquita la del Barrio: El adiós a la reina del despecho y la voz del feminismo en México
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El mundo de la música mexicana se despide de una de sus figuras más emblemáticas: Paquita la del Barrio, quien falleció a los 77 años en su hogar en Veracruz. Su partida deja un vacío en la industria, pero su voz y su mensaje permanecerán vivos en cada una de sus canciones, himnos de lucha para muchas mujeres que encontraron en su música un refugio contra el desamor y la injusticia.
La intérprete de Rata de dos patas murió mientras dormía a causa de un infarto fulminante, según confirmó su mánager, Francisco Torres. "Nos llamaron a las ocho de la mañana para decirnos que no despertaba, que se veía pálida", relató en una entrevista con Sale el Sol.
Su muerte generó una ola de reacciones en redes sociales, con miles de seguidores, artistas y figuras del entretenimiento rindiéndole homenaje. Apple Music, en un emotivo mensaje, la reconoció como un ícono feminista en México, destacando su valentía al cantar lo que muchas no se atrevían a decir:
"QEPD Paquita la del Barrio, el ícono feminista de México que cantó lo que otros tenían miedo de decir."
Y es que su legado no solo se mide en discos vendidos o en premios, sino en su impacto en la cultura popular, donde se convirtió en una voz poderosa contra el machismo y la traición amorosa.
En sus inicios, Paquita cantaba los tradicionales temas rancheros de la época. Sin embargo, pronto rompió con los moldes y creó su propio estilo: canciones cargadas de ironía y reclamo, dedicadas a los hombres infieles y abusivos.
Su primer gran éxito llegó con Cheque en blanco en 1992, parte del álbum Desquítate conmigo. Fue durante una presentación de esta canción cuando nació su frase más icónica:
Mientras cantaba, Paquita vio entrar a su segundo esposo, Alfonso Martínez, quien había desaparecido durante todo el fin de semana. Sin pensarlo, soltó al micrófono: “¿Me estás oyendo, inútil?”. El público estalló en carcajadas y aplausos. Desde ese momento, la frase se volvió parte de la cultura mexicana y la imagen de Paquita como la "justiciera de las mujeres" se consolidó.
La importancia de Paquita la del Barrio trascendió la música. Sus letras se convirtieron en un grito de resistencia en un país donde la violencia de género es un problema grave. En muchas de sus entrevistas, Paquita dejó claro que sus canciones no eran odio hacia los hombres, sino un reflejo de las historias de muchas mujeres que sufrían abusos y engaños.
Su música fue interpretada por muchas como un acto de catarsis y empoderamiento. A pesar de que en sus últimos años algunas de sus letras fueron criticadas por su tono agresivo, ella nunca dejó de ser fiel a su esencia y a su misión: dar voz a quienes no podían hablar.