Muere Souleymane Cissé, leyenda del cine africano

La noticia, aunque triste, nos recuerda la grandeza de un legado que trasciende fronteras.
Para entender la magnitud de la pérdida, debemos retroceder en el tiempo. Hablamos de Souleymane Cissé, un nombre que, para muchos, aún es desconocido, pero que representa una pieza fundamental en la historia del séptimo arte. No fue solo un director; fue un visionario, un constructor de puentes entre culturas, un maestro que educó a generaciones de cineastas.
Nacido en Bamako, Malí, en 1940, Cissé no se limitó a filmar películas; construyó un universo cinematográfico propio. Tras completar sus estudios secundarios en Dakar y una beca en la prestigiosa Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía (VGIK) en Moscú, regresó a su país para dejar una marca imborrable. En 1975, con "Den Muso" (La muchacha), logró una hazaña: realizar el primer largometraje de ficción maliense en lengua bambara, un logro que abrió puertas a futuras generaciones de cineastas malienses.
Su filmografía es un recorrido por la historia y la cultura de Malí, pero también un reflejo de las luchas y las esperanzas del continente africano. Obras como "Baara" (1977) y "Finyè" (1981) le valieron reconocimientos internacionales, incluyendo el prestigioso "L'Étalon d'Or de Yennenga" en el Festival Panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú. Sin embargo, su obra maestra, indiscutiblemente, fue "Yeelen" (La luz), galardonada con el Premio del Jurado en Cannes en 1987; un hito sin precedentes para el cine africano.
Más allá de sus logros individuales, Cissé se distinguió por su compromiso con el desarrollo de una industria cinematográfica africana sostenible. Fundó la Unión de Creadores y Empresarios de Cine y Audiovisual de África Occidental, demostrando su visión de futuro para el cine en el continente.
Su legado, sin embargo, trasciende cualquier premio o reconocimiento. Su fallecimiento a los 84 años, anunciado por el Ministerio de Cultura maliense, deja un vacío irreparable. Pero su obra sigue viva, testigo de un espíritu inquebrantable y una visión artística que iluminó la pantalla grande y, sobre todo, inspiró a miles.
El impacto de su muerte ha resonado en el mundo entero, especialmente en África, donde se le considera un pilar fundamental en la historia del cine. El Ministerio de Cultura de Malí, así como diversas personalidades del mundo cultural y político, han expresado su pesar y rindieron tributo a su figura, recordando su incansable trabajo y compromiso con el arte cinematográfico.