Princesa Kate revela el dilema de la barba del Príncipe William

El evento, en el Cuartel de Wellington, ofreció más que fotos dignas de revista.
Más allá del atuendo impecable de Kate, la conversación informal con los soldados reveló detalles inesperados de la vida familiar real. Al ser cuestionada sobre su mudanza a Windsor, la Princesa explicó: “Estamos en Windsor ahora mismo. Estábamos en Londres, pero nos mudamos allí por tener más zonas verdes. Está bastante cerca de Londres, no demasiado lejos”.
Pero la verdadera sorpresa llegó durante una charla en el bar del cuartel. La conversación giró, de forma inesperada, hacia la barba del Príncipe William. Según Kate, el heredero al trono se enfrenta a un dilema capilar: “Cada vez que se pone el uniforme dice: ‘Definitivamente sin barba’”. La Princesa añadió con una sonrisa: “Estas modas van y vienen. Le decía a mi esposo que no sé cuánto tiempo más la va a conservar”.
La barba de William, un elemento que ha llamado la atención desde finales de 2024, ha generado opiniones encontradas. Algunos la ven como un símbolo de madurez, acentuada por las canas que ya empiezan a asomar. Sin embargo, sus apariciones públicas con y sin barba sugieren que su estilo sigue en evolución.
Aunque Kate se limitó a describir la barba como una "moda pasajera", declaraciones previas del ex secretario de comunicaciones del Príncipe, Jason Knauf, añaden otra perspectiva. En una entrevista, Knauf afirmó: “Me encanta. Me parece genial. Pero he hablado con él al respecto o he intentado hablar con él. Me dice: 'Aquí está. Tengo barba. No hablemos más'”. Y sobre la opinión de Kate: “Si no le gustara, no estaría ahí. ¡Te lo aseguro!”.
Curiosamente, las preferencias familiares sobre el vello facial real tienen una larga historia. El Príncipe Harry reveló en sus memorias que su hermano se enfureció cuando supo que la Reina Isabel II le había concedido permiso para llevar barba en su boda con Meghan Markle, un privilegio que, aparentemente, le fue negado a William en su propia boda.
El estilo del Príncipe William, sea con o sin barba, continúa siendo un tema de conversación, una muestra de que la realeza británica sigue cautivando la atención, incluso en detalles aparentemente menores.