Kanye West busca refugio en Tokio tras polémica familiar y profesional

Se trata de Kanye West, de 47 años, quien viajó a la capital japonesa la semana pasada tras una serie de controversiales publicaciones en redes sociales que desataron una fuerte disputa con su exesposa, Kim Kardashian (44), acerca de la crianza compartida de su hija mayor, North (11).
Según múltiples fuentes, "West se calmó instantáneamente después de las controversiales declaraciones que hizo en redes sociales". Mientras que en Los Ángeles se le describe con un estado mental errático, en Tokio parece encontrar una paz que se describe como "completamente desconectada y calmada." La tranquilidad de la ciudad japonesa contrasta con el torbellino mediático que lo ha envuelto en las últimas semanas.
Este viaje coincide con tensiones adicionales. Bianca Censori (30), la actual esposa de West, no lo acompañó a Tokio, según reportes que indican que se encontraba en Los Ángeles días antes. La situación familiar se complica aún más con la oposición de West a una colaboración musical entre North y el rapero Playboi Carti (28), lo que originó una serie de tuits acusando a Kardashian de permitir que una "mujer blanca" tenga control sobre la imagen de sus hijos. Sus declaraciones han generado indignación y preocupación.
El conflicto se extiende más allá del ámbito familiar. West ha generado nuevos enfrentamientos con figuras prominentes de la industria musical, incluyendo a Jay-Z y Beyoncé. Matthew Knowles, padre de Beyoncé, declaró a TMZ: "La gente paga un precio por ser estúpida, especialmente en la industria de la música. Espero que Kanye reciba la ayuda que necesita en términos de salud mental."
La controversia también involucró a Scott Disick (41), quien se mostró indignado por la falta de condena pública por parte de Kardashian ante los comentarios antisemitas de West. La situación ha escalado hasta el punto de que, hace unas semanas, la tienda en línea de Yeezy fue cerrada temporalmente por Shopify tras la venta de una polémica camiseta con una esvástica.
Además de la familia y la industria, el debate incluye la compleja cuestión de la crianza compartida y el control de la imagen pública de los menores. West ha expresado su postura de que "el hombre tiene la última palabra sobre sus hijos", una afirmación que ha generado un intenso debate en redes sociales.