Blake Lively intentó aprovecharse de Justin Baldoni en el rodaje, según excolaboradora

La controversia gira en torno a Justin Baldoni, director y actor principal, y Blake Lively, protagonista femenina. Una demanda por difamación y extorsión por 400 millones de dólares, interpuesta por Baldoni contra Lively, su esposo Ryan Reynolds y su publicista Leslie Sloane, ha sacudido la industria. Según la demanda, Lively “comenzó a inmiscuirse en el proceso de producción de maneras intrusivas que excedían ampliamente el alcance de sus derechos contractuales.”
Baldoni alega que Lively exigió un control creativo excesivo, incluyendo decisiones sobre el vestuario de su personaje, algo que, según él, va más allá de lo habitual para una actriz principal. “Por ejemplo, Lively empezó a insistir en el control creativo del vestuario de su personaje,” se lee en la demanda. Además, menciona presiones para aceptar reescrituras de guion para una escena clave en una azotea, reunión en la que participaron Reynolds y Taylor Swift, generando una situación incómoda para Baldoni.
Una ex miembro del equipo de producción, Talia Spencer, una artista de storyboards según IMDb, corroboró parte de las acusaciones en una entrevista con "60 Minutes Australia". Spencer afirmó que “tuvo la sensación de que Blake quizá interpretó la amabilidad de Justin como debilidad, y trató de aprovecharse y tomar el poder.” Spencer también manifestó que observó un "compromiso masivo en términos de la visión original de Justin para la película."
Por otro lado, Lively ha negado las acusaciones, contraatacando con una demanda por acoso sexual contra Baldoni y acusándolo de una campaña de desprestigio. Se acusa mutuamente de manipulación y acciones desleales, creando una compleja red de acusaciones que parecen tan dramáticas como la trama misma de la película.
Spencer, en su entrevista, destacó la actitud de Baldoni durante la producción: “Fue uno de los pocos directores para los que trabajé que era muy amable y respetuoso.” Su testimonio contrasta con las acusaciones contra el director, añadiendo otra capa de complejidad a esta historia.
La película, adaptación de la exitosa novela de Colleen Hoover, trata temas de violencia doméstica y abuso emocional. Irónicamente, el drama detrás de cámaras parece rivalizar con la intensidad de la historia que se cuenta en pantalla. La verdad, al parecer, aún está por descubrirse.