El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró tener la consciencia tranquila por haber ordenado la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, durante el operativo conocido como “El Culiacanazo”.
En la conferencia mañanera de Palacio Nacional, reconoció que tras estos hechos, las fuerzas armadas buscaron limpiar su imagen, tal como lo habría hecho cualquier institución que está inmersa en un proceso de transformación.
“Entonces, cuando me informan cómo están las cosas, pienso en la vida de las personas, de la gente, y doy la instrucción de que lo liberen, para evitar una masacre y también una afectación a población inocente. Yo no sé qué hubiese hecho otro gobernante, pero tengo mi consciencia tranquila”, explicó.
Recordó que cuando se realizó el operativo para capturar al hijo de El Chapo, hubo una reacción por parte del Cártel de Sinaloa, que implicó la movilización de células armadas, agresiones a unidades habitacionales militares, secuestros y la toma de lugares estratégicos de Culiacán.
Ante esta situación, reconoció que había peligro de una confrontación violenta en la capital sinaloense, que hubiera causado cientos de muertes. Por ello aceptó que las fuerzas armadas buscaron mejorar su imagen ante la decisión que se tomó.
“Eso lo tiene que hacer cualquier institución y más en un proceso de transformación, nosotros tenemos que tener cada vez mejor imagen pública, porque la autoridad se adquiere con rectitud, como decía Juárez: con el recto proceder. La autoridad tiene que ver con la ética, con la moral”, agregó.
Sobre los hackeos que sufrió el Ejército por parte del grupo Guacamaya, aceptó que es necesario proteger la información sensible del gobierno.
“Sí, hay que proteger alguna información por cuestiones de seguridad, lo que tiene que ver con el narcotráfico, la seguridad nacional, pero lo mejor es hacer de la vida pública o hacer la vida pública cada vez más pública, no tratar de ocultar nada”, dijo.