Beijing, chi
Hay riesgo que se produzca una explosión en un oleoducto de la ciudad.
Dos enormes explosiones causadas por una fuga de petróleo en un oleoducto roto en una ciudad portuaria del este de China dejaron 46 muertos y 136 heridos, en uno de los peores accidentes industriales en el país en lo que va del año.
Las autoridades informaron que las explosiones en Qingdao rompieron el pavimento, mientras fotos colocadas en internet mostraban cadáveres, vehículos volcados y vidrios destrozados en las construcciones cercanas. Había humo negro saliendo de los enormes silos de combustible y oscurecía gran parte del cielo.
El oleoducto —propiedad de Sinopec, la refinería más grande del país— se rompió y tuvo una fuga durante unos 15 minutos hacia una calle y el mar antes de ser sellada. Horas después, los trabajadores limpiaron el derrame, pero el petróleo se incendió y hubo explosiones en dos lugares, informó el gobierno.
Un residente llamado Gao que trabaja en logística, citado por Beijing News, afirmó que pasaba por el distrito Huangdao de Qingdao cuando sintió la fuerza de los estallidos y se percató de que el suelo frente a él se había fracturado.
El aire era picante, muchos vehículos en ambos lados del camino estaban volcados y había humo negro que se veía a la distancia, agregó.
“Me sentí como en un terremoto, me quedé pasmado”, relató Gao, quien agregó que había caos en la calle mientras la gente corría aterrorizada en todas direcciones.
Las autoridades descartaron que se tratase de un acto de terrorismo pero el incidente está bajo investigación, informó la prensa local.
Es probable que el accidente se sume a las crecientes preocupaciones en China por la seguridad y los riesgos ambientales que implican los proyectos con oleoductos.
Evacúan a 16 mil
Alrededor de 18 mil personas han tenido que ser evacuadas por temor a que se produzca una segunda explosión en un oleoducto de la ciudad costera oriental de Qingdao, después de que una primera haya provocado ya 46 muertos y 136 heridos, al menos la mitad de gravedad.
El gobierno local ha descartado que se trate de un ataque orquestado, mientras la Administración Estatal para la Seguridad ha enviado un equipo de trabajo al lugar de la catástrofe para ayudar a los grupos de rescate.
El presidente chino, Xi Jinping, pidió el “máximo esfuerzo” en la búsqueda de supervivientes, y también urgió a las autoridades locales a que “no cejen en sus esfuerzos de rescatar a los heridos, encontrar las causas del accidente y reforzar la seguridad”.
El presidente de Sinopec, Fu Chengyu, emitió un comunicado en el que asegura su profundo pesar por las enormes pérdidas humanas.