Guatemala.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, cesó tres de sus ministros, a su jefe del servicio de inteligencia y a otros 3 funcionarios, en un intento de aplacar las protestas ciudadanas por los escándalos de corrupción que sacuden su gobierno, aunque algunos analistas estiman que las presiones continuarán.
El mandatario anunció la salida de los ministros de Gobernación, Mauricio López; de Medio Ambiente, Michelle Martínez, y de Energía y Minas, Edwin Rodas, así como de del jefe del servicio de inteligencia del Estado, el exministro de Defensa Ulises Anzueto.
Además, destituyó a Edi Juárez, viceministro de Seguridad y a los interventores de los puertos Quetzal y Santo Tomás de Castilla.
El cese de López, un militar retirado como el propio Pérez, es el más sensible debido a que era considerado como uno de sus hombres más cercanos.
López era el encargado de la seguridad pública y el ejecutor de la política de “mano dura” contra la criminalidad, que fue la principal promesa de campaña de Pérez y que hasta ahora no ha podido cumplir.
Las bajas en el gabinete ocurren en un contexto de intensa presión de la sociedad civil, que ha salido a las calles a protestar tras revelarse, a mediados de abril, la existencia de una red de defraudación fiscal en las aduanas, un escándalo que provocó la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti a principios de mayo.
El miércoles, un nuevo escándalo de corrupción salió a la luz al ser arrestados los jerarcas del Banco de Guatemala (Central), Julio Suárez, y del Seguro Social, el militar Juan de Dios Rodríguez, también cercano a Pérez, acusados de un fraude de unos 15 millones de dólares en contra de esta última institución.
En las redes sociales se multiplicaban las convocatorias a realizar nuevas protestas en los próximos días.
Las destituciones de ministros fueron interpretadas por analistas políticos como un resquebrajamiento del gobierno y algunos aventuraron la tesis de que esa medida preludia una eventual renuncia del mandatario, quien no obstante aseguró que se mantendrá en el cargo.
El Presidente se está quedando solo y la tendencia (en la opinión pública) es que debe de renunciar él también, ya que es responsable de haber nombrado a todos estos funcionarios” envueltos en corrupción, afirmó la activista humanitaria Helen Mack.
Él (Pérez) no puede decir que no se enteró de la corrupción en todos los ministerios, porque él tiene la responsabilidad y no hizo nada, agregó la directora de la Fundación Mirna Mack.
El analista Enzo Rosal, de la Universidad Rafael Landívar, aseguró que el cese de funcionarios de confianza de Pérez confirma que el “gobierno quedó con total inacción y que por lo tanto eso debería precipitar la renuncia del mandatario.
Definitivamente estas salidas dejan debilitado aún más al Presidente, una situación muy complicada para todo el Ejecutivo y principalmente para el Presidente”, consideró por su lado el miembro de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asies), Carlos Carrera.
Pese a las manifestaciones de rechazo y el pedido de renuncia por los escándalos de corrupción, el mandatario rechazó que su gobierno se este “desmoronando”.