WASHINGTON.
Rechazan proyecto que buscaba poner fin a la recolección indiscriminada de datos por la NSA.
El Senado de Estados Unidos rechazó la madrugada de ayer un proyecto de ley que busca poner fin a la recolección de datos indiscriminada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), un golpe al gobierno de Barack Obama y otros que apoyan acabar con esa controvertida práctica de inteligencia.
La Cámara de Representantes aprobó el proyecto por abrumadora mayoría la semana pasada, con republicanos y demócratas unidos en su deseo de controlar la recolección por parte de la NSA de datos telefónicos de millones de estadounidenses sin conexión alguna con el terrorismo.
Pero el proyecto naufragó en el Senado, donde obtuvo apenas tres votos menos de los 60 necesarios.
El Senado pasó de inmediato a considerar una extensión por dos meses de algunas partes de la Ley Patriota, que deben expirar el 1 de junio de no mediar acción del Congreso, pero ese proyecto tampoco logró reunir los votos necesarios.
Con los legisladores intentando encontrar una solución antes del receso de una semana del Senado, la Casa Blanca se quedó con la perspectiva de que las operaciones de seguridad nacional expiren el 1 de junio.
“No hay un plan B”, reconoció el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, a la prensa.
“Éstas son autorizaciones sobre las cuales el Congreso debe legislar (y son) de suma importancia para asegurar la protección básica del pueblo estadunidense, y que las libertades civiles básicas del pueblo estadounidense estén protegidas”, agregó.
A corto plazo el Departamento de Justicia ha dicho que la NSA empezaría esta semana a reducir su recogida de registros de llamadas telefónicas en Estados Unidos si el Senado no tomaba una medida porque detener la recogida de datos lleva tiempo.