SAN ANTONIO.
El número de inmigrantes alcanzó su máximo en el 2003, y se ha reducido en más de la mitad desde entonces.
A pesar de que la inmigración sigue siendo un tema candente en la campaña presidencial de Estados Unidos, el número de personas que emigran desde México a ese país, legal e ilegalmente, se ha reducido drásticamente en los últimos años, reveló una investigación publicada el pasado miércoles.
Demógrafos de la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA) y de la Universidad de New Hampshire dicen que el número de inmigrantes procedentes de México alcanzó su máximo en el 2003, y se ha reducido en más de la mitad desde entonces.
Rogelio Sáenz, decano de la Facultad de Políticas Públicas en la UTSA y autor principal del estudio, dijo que las razones incluyen un menor número de empleos en la construcción debido a la recesión del 2007 al 2009, una expansión de la economía mexicana y un descenso de la natalidad.
Un total de 819.000 personas emigraron desde México a Estados Unidos entre el 2008 y el 2012, en comparación con 1,9 millones desde el 2003 al 2007, lo que representa una caída del 57 por ciento, según cifras del Censo de Estados Unidos, que no diferencian entre la inmigración legal e ilegal.
“En las décadas de 1960 y 1970, la mujer promedio mexicana daba a luz a siete hijos. Eso creó una población muy joven en México, con el 35 por ciento de la población hace unas décadas por debajo de los 15 años de edad”, explicó Sáenz.
Esos datos demográficos llevaron a un gran número de jóvenes que no podían encontrar puestos de trabajo en el país a emigrar, pero eso quedó atrás debido a que la tasa de natalidad en México hoy es aproximadamente la misma que en Estados Unidos, dijo.
“Ya no existe el exceso de mano de obra que México tenía hace apenas unas décadas”, agregó.
Los inmigrantes mexicanos actuales son más ricos y tienen más probabilidades de llegar a través de los programas de visas especiales que a menudo les obligan a realizar inversiones generadoras de empleo, dijo Sáenz.
Muchos viajan a Estados Unidos no para encontrar trabajo en la construcción, sino para escapar de la delincuencia y la violencia que continúa haciendo estragos en México.
Ellos son mucho más propensos que en el pasado a ser ciudadanos naturalizados estadounidenses que regresan, con manejo del lenguaje inglés, mejor educación, de mayor edad y de sexo femenino, dijo Sáenz.
La investigación fue publicada por la Escuela de Políticas Públicas Casey de la Universidad de New Hampshire.