Washington.
Hillary Clinton retomó su agenda de campaña aún más segura de sus opciones .
Los candidatos a la Presidencia de EU regresaron a la campaña con actitudes casi opuestas tras el debate de este lunes, que dejó a la demócrata Hillary Clinton aún más segura de sus opciones y al republicano Donald Trump cargado de quejas y con la amenaza de ser más duro en el próximo encuentro.
La mayoría de los medios de comunicación estadounidenses, basándose en encuestas de grupos de votantes, dieron a Clinton como ganadora del debate del lunes en la Universidad de Hofstra (Nueva York), el primero de los tres intercambios que mantendrán los candidatos antes de las elecciones de noviembre.
Clinton eligió Carolina del Norte para hacer campaña el día después del debate, mientras que Trump tenía previsto un mitin a última hora de la tarde en Melbourne (Florida) y una reunión a puerta cerrada con más de un centenar de líderes hispanos en Miami.
Ambos volvieron a la rutina sin que se conocieran todavía los datos de audiencia del debate, que se esperaba fuera el más visto de la historia, ni se despejara la pregunta más importante tras el encuentro: si les servirá a alguno de los dos para convencer a indecisos y ampliar sus apoyos en una carrera muy ajustada.
Según la media de encuestas que elabora la web RealClearPolitics, Clinton tiene una ligera ventaja de apenas 2.4 puntos porcentuales, lo que le otorga un 46.7 % del apoyo frente al 44,3 % de Trump, un estrecho liderazgo que se encuentra dentro del margen de error.
Pero Trump quiso disputar ese consenso y señaló a varios culpables de sus fallos en el debate, entre ellos el moderador, Lester Holt, y un micrófono supuestamente defectuoso.
“El volumen estaba mucho más bajo que en el de ella y el sonido se cortaba. No podían oírme en la sala”, protestó Trump en una entrevista en el programa de televisión “Fox and Friends”, en la que también acusó a Holt de evitar los temas más espinosos para Clinton mientras a él le sometía a “preguntas hostiles”.
El magnate, que se mantuvo más respetuoso de lo habitual en el debate, diciéndole incluso a Clinton que era “muy importante” para él que se sintiera cómoda, aseguró que tenía previsto ser más agresivo con ella, pero en el último momento se echó atrás.