El índice de sentimiento del consumidor en Estados Unidos registró una caída por tercer mes consecutivo en junio, según datos preliminares de la Universidad de Michigan.
Esta disminución refleja una percepción más negativa de las finanzas personales y una creciente preocupación por la persistente inflación en el país.
A pesar de que la cifra de junio se sitúa aproximadamente un 30% por encima del mínimo alcanzado en junio de 2022, cuando la inflación alcanzó niveles récord en cuatro décadas, sigue estando por debajo de los niveles asociados con una economía sólida y estable.
Desde el inicio de la pandemia, la perspectiva de los consumidores ha sido mayormente pesimista, agravada por el impacto de la inflación que se disparó en 2021.
El gasto del consumidor es un factor clave para el crecimiento económico, por lo que la incertidumbre y el pesimismo actuales podrían tener repercusiones en la campaña de reelección del presidente Joe Biden.
Aunque el índice de la Universidad de Michigan mostró un repunte durante el invierno y la primavera, alcanzando un máximo en marzo, las expectativas positivas se han desvanecido a medida que la inflación se ha mantenido elevada en los primeros meses del año.
El comportamiento del gasto del consumidor es seguido de cerca por la Reserva Federal y los economistas, ya que este impulsa la mayor parte de la actividad económica en Estados Unidos.
A pesar de que el gasto se desaceleró en abril, ajustado por la inflación, los estadounidenses continúan destinando recursos a viajes, restaurantes y eventos culturales, manteniendo cierto dinamismo en la economía.
En resumen, la caída en el sentimiento del consumidor en junio refleja las preocupaciones de los estadounidenses respecto a sus finanzas personales y la inflación persistente, factores que podrían impactar la recuperación económica y la estabilidad financiera en el país.