En un alarmante informe, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha puesto de relieve una crisis devastadora en América Latina y el Caribe: cada minuto, cuatro niñas se ven obligadas a asumir la maternidad.
Esta cifra resalta una realidad sombría y la urgente necesidad de acciones efectivas para proteger los derechos y la salud de las niñas en la región.
El embarazo infantil en América Latina y el Caribe es una problemática crítica que afecta profundamente la vida de las niñas, y los datos sobre esta realidad oculta son aún más devastadores. Muchas de ellas no han terminado su educación primaria y se ven obligadas a enfrentar la maternidad, truncando sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Según el nuevo informe de la UNFPA, esta situación perpetúa un ciclo de pobreza y marginación que impacta tanto a las niñas como a sus comunidades.
Además del impacto socioeconómico, la maternidad forzada a una edad temprana tiene graves consecuencias para la salud física y emocional de las niñas. El embarazo y el parto en menores conllevan mayores riesgos de complicaciones de salud, como trastorno de estrés postraumático, depresión, preeclampsia, parto prematuro y anemia.
En muchos casos, las niñas embarazadas son víctimas de abuso y violencia sexual, situaciones que raramente reciben la atención adecuada por parte de las autoridades. La falta de apoyo y protección contribuye a un entorno donde las niñas no solo se ven obligadas a ser madres, sino que también son revictimizadas por un sistema que debería protegerlas.
Por otra parte, el ‘Estado de la Población Mundial 2024‘ del UNFPA resalta que el embarazo infantil es hasta dos veces más común entre las adolescentes más pobres, especialmente en comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes de la región.
En respuesta, Susana Sottoli, directora regional de América Latina y el Caribe de UNFPA, señaló que la región es "profundamente desigual, no necesariamente pobre en su totalidad, sino con una riqueza mal distribuida".
El UNFPA destaca que, para revertir esta tendencia, es crucial un cambio cultural y social que promueva la igualdad de género y la educación integral en sexualidad desde edades tempranas. Solo así se podrá garantizar que las niñas puedan crecer en un entorno seguro y saludable, libres de la carga de una maternidad prematura.
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Arely Berenice Moreno
el 06/07/2024 04:09 AM.
