El domingo, poco antes del mediodía, en la casa de Wyoming Court, Joseph DeLucia, Jr., un hombre de 59 años, atormentado por la idea de perder la casa donde había vivido toda su vida, tomó una escopeta calibre 12 y se dirigió a la parte trasera de la casa. Allí, con una frialdad escalofriante, abrió fuego contra sus hermanos, Joann Kearns de 69 años, Frank DeLucia de 64 años, y Tina Hammond de 64 años, así como contra su sobrina, Victoria, de 30.
Según las declaraciones del capitán detective Stephen Fitzpatrick del Departamento de Policía del Condado de Nassau, la mente de Joseph Jr. estaba nublada por la idea de ser excluido del testamento de su madre, Theresa DeLucia, quien falleció el 19 de agosto. Joseph creía que no tendría un lugar donde vivir y que su mundo se estaba derrumbando.
La percepción de Joseph Jr. era que lo estaban eliminando del testamento y que lo iban a desplazar sin un lugar a donde ir. Tenía problemas mentales, problemas psicológicos, que nos informaron, dijo Fitzpatrick.Luego, Joseph salió al jardín delantero y, con voz enajenada, comenzó a gritar sobre lo que había hecho. Un vecino, al escuchar los gritos, llamó al 911. En ese instante, Joseph se quitó la vida con un disparo en el pecho.
La tragedia conmocionó a los vecinos, quienes conocían a la familia desde hace décadas. Algunos incluso recuerdan haber visto a un agente inmobiliario llegar a la casa para iniciar el proceso de venta, un proceso que desencadenó la tragedia.
El comisario de policía, Patrick Ryder, describió la escena como "probablemente una de las más horribles que he visto jamás". La tragedia nos recuerda la importancia de las leyes de bandera roja, diseñadas para evitar que personas en crisis accedan a armas de fuego.