La muerte de una bebé prematura en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Winnie Palmer para Mujeres y Bebés en Orlando, Florida, ha desatado una profunda conmoción y una demanda por parte de sus padres.
La demanda, interpuesta el 17 de octubre, acusa al hospital de negligencia y encubrimiento de los hechos, argumentando que la bebé sufrió una fractura en el cuello mientras estaba bajo su cuidado, lo que la dejó paralizada e incapaz de respirar por sí misma.
Según los padres, su hija no presentaba signos de trauma al nacer, pero dos semanas después de su ingreso en la UCIN, notaron un cambio de color en sus extremidades superiores, lo que llevó a los médicos a realizar una resonancia magnética. El examen reveló la grave lesión, que según la demanda, "no podría ocurrir sin el uso de fuerza excesiva al manipular a un recién nacido".
La tragedia ha dejado un profundo dolor en la familia. "Nuestro corazón está roto porque no pudimos protegerla del hospital, el lugar donde se suponía que estaba más segura", expresó Gianna Lopera en una entrevista. "Solo pudimos abrazarla cuatro veces".
La demanda también señala que el hospital omitió cualquier mención de la fractura en los registros médicos, y que no se notificó a las autoridades sobre la lesión. "Alguien en la UCIN le rompió el cuello y no se lo dijeron a nadie", declaró la abogada de la familia, Nicole Kruegel, quien exige una investigación independiente para esclarecer la muerte de Jahxy y que se haga justicia.