La tensión en el aire era palpable aquella noche en el sur de Los Ángeles. Los agentes del LAPD, llamados a la escena de un robo cerca de la calle 92 y la avenida Central, se encontraron en medio de un escenario que rápidamente se tornó caótico.
Las sirenas de las ambulancias resonaban con fuerza mientras se llevaban a dos oficiales heridos. Un agente fue impactado por una bala en el lado derecho del cuerpo, mientras que el otro presentaba una herida en la mano, posiblemente también por un disparo. Afortunadamente, ambos oficiales estaban conscientes y podían comunicarse con los paramédicos. El agente con la herida en la mano incluso logró extraer el proyectil por sus propios medios.
El sospechoso, un hombre conocido por las autoridades, logró escapar en un principio, pero su huida terminó en un vehículo estacionado. La policía lo encontró escondido en su interior, y el sospechoso resultó con una lesión en la pierna durante la captura.
Los oficiales lesionados recibieron atención médica en un hospital cercano y se reportan estables. La escena del crimen permaneció activa durante la madrugada, mientras las autoridades buscaban pistas y completaban la investigación.