La adrenalina se apoderó de la noche cuando una mujer en Florida se encontró en una situación aterradora. La víctima, cuyo nombre se mantuvo en secreto, se vio atrapada en un escenario que solo podía resolverse con inteligencia y una pizca de ingenio.
Mientras la oscuridad cubría el condado de Volusia, una llamada al 911 se convirtió en un código de emergencia silencioso. La mujer, en medio del pánico, optó por una táctica inusual: pedir una pizza. Su voz, entrecortada por el miedo, se escuchó con claridad en la grabación de la llamada, dando a entender que algo no andaba bien.
"Me gustaría pedir una pizza. Estoy muy atrapada aquí", se escucha en la grabación, que rápidamente captó la atención de las autoridades. La mujer, en medio de su desesperación, logró transmitir su mensaje a través de un pedido de comida que ocultaba un SOS encriptado.
"Sí, estoy segura de que estoy llamando a ese número. Estoy intentando conseguir una pizza", respondió con un tono que escondía un mensaje de auxilio.
Los operadores del 911, entrenados para detectar cualquier señal de peligro, detectaron la trampa. Las palabras de la mujer, "No me llevarán de regreso a casa", fueron la llave que desbloqueó la alarma. La rápida acción del personal de emergencias dio lugar a la localización de la víctima y al arresto del agresor, identificado como Luis Diego Hernández-Moncayo.
Hernández-Moncayo, de 27 años, fue aprehendido por cargos de intento de agresión, agresión por estrangulamiento y privación ilegal de la libertad. Las imágenes de la cámara corporal de los agentes muestran a la mujer sollozando, repitiendo "Gracias a Dios, gracias a Dios", mientras la policía neutralizaba al sospechoso.
"Ya estamos aquí. Vale", se escuchó a un oficial en el vídeo, mientras la mujer, aún conmocionada, se aferraba a la seguridad de la intervención policial. La valentía de la mujer, su astucia y la acción rápida de las autoridades, lograron evitar una tragedia.