El asesinato de dos trabajadores en Navy Pier, un lugar emblemático de Chicago, ha sacudido a la ciudad. La noticia ha sido un golpe para la comunidad, y ha planteado serias preguntas sobre la seguridad en el trabajo y la necesidad de proteger a los empleados de individuos con tendencias violentas.
El incidente ocurrió a principios de esta semana, cuando un ex empleado, Raylon East, de 36 años, irrumpió en las instalaciones de Levy Restaurants, una empresa de catering, y abrió fuego contra dos de sus ex compañeros. Lamont Johnson, de 51 años, y Peter Jennings, de 47, fueron encontrados con heridas de bala en la cabeza y fallecieron en el hospital.
Las autoridades revelaron que East, quien fue despedido de Levy Restaurants el 29 de octubre, tenía un historial de agresiones verbales y físicas hacia sus compañeros de trabajo. Según los fiscales, East llegó a Navy Pier vestido con su uniforme de cocinero, lo que le permitió acceder a las instalaciones. Después de dirigirse a una zona de oficinas privadas, confrontó a Johnson y Jennings, disparándoles a ambos en la cabeza.
Posteriormente, East huyó de la escena y arrojó el arma al lago, pero fue detenido después de que las autoridades difundieran imágenes de él en el transporte público. Tras su arresto, East fue acusado de dos cargos de asesinato en primer grado y uso ilegal de un arma por parte de un delincuente.
East, quien tiene antecedentes penales por robo agravado, se encuentra actualmente en prisión y podría enfrentar una cadena perpetua si es declarado culpable.
La tragedia ha conmocionado a la ciudad, y ha generado un debate sobre la seguridad en el trabajo y la necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir este tipo de incidentes.