Lorena, una joven beneficiaria del programa de Acción Diferida, encarna la angustia de miles. Mientras su estatus actual le brinda protección, su madre, como millones de otros, enfrenta la amenaza de la deportación. La posibilidad de separación familiar, un fantasma que ya ha atemorizado a muchas familias, vuelve a asomarse.
"Es difícil no sentirse desesperada", confiesa Lorena, reflejando el sentimiento generalizado en su comunidad. La promesa de Tom Homan, el recién nombrado zar fronterizo de Trump, de deportar a inmigrantes indocumentados desde el primer día, aviva el miedo. "Será mejor que empieces a hacer las maletas ahora mismo", advirtió Homan, priorizando la seguridad nacional y la seguridad pública.
"Las amenazas a la seguridad pública y las amenazas a la seguridad nacional serán la prioridad", reitera el funcionario, dejando claro su enfoque.
Aunque Homan asegura que las familias podrán ser deportadas juntas, el temor persiste. La experiencia de la primera presidencia de Trump, marcada por las separaciones familiares, no se ha borrado de la memoria de estas comunidades.
El abogado de inmigración Saman Movassaghi González, con experiencia en lidiar con las políticas migratorias de Trump, advierte sobre la necesidad de preparación. "No es mi primer rodeo de Trump", afirma. "Creo que él va a hacer cumplir lo que dice que va a hacer", sentencia, sin dejar espacio para la duda.
Movassaghi-González aconseja a las familias indocumentadas, especialmente a las que tienen estatus mixto, que se preparen financiera y documentalmente, recopilando pruebas que demuestren su tiempo de residencia en Estados Unidos.
"Preparado financieramente, preparado con su documentación, preparado con evidencia de cuánto tiempo ha estado aquí", recomienda el abogado.