Según su futura jefa de gabinete en la Casa Blanca, Susie Wiles, este acuerdo marca el comienzo de la siguiente fase de la transición.
Una de las características destacadas de esta transición es que no se utilizará dinero de los contribuyentes para financiarla. En su lugar, se utilizarán fondos privados, cuya procedencia se hará pública. Además, se ha establecido que no se podrán aceptar donaciones del extranjero. Esta decisión es consistente con la promesa de Trump de ahorrar el dinero que los ciudadanos han ganado "con tanto esfuerzo".
La transición también se caracterizará por su autonomía organizacional. Según el comunicado de Wiles, "esta autonomía organizacional supone un proceso simplificado que garantiza que la Administración de Trump esté lista desde el primer día". Esto significa que la transición no se servirá de edificios gubernamentales y funcionará como una organización autosuficiente.
El equipo de Trump ha estado trabajando en un plan de ética, del que no se han dado detalles todavía. Sin embargo, se ha avanzado que el equipo de transición se integrará rápida y directamente en agencias y departamentos federales con acceso a documentos e intercambio de políticas.
La demora en la firma del acuerdo de entendimiento había generado críticas por parte de la Casa Blanca. El pasado 21 de noviembre, se reprochó al equipo de Trump que no había firmado todavía documentos clave para iniciar formalmente la transición de poder. Sin embargo, ahora que el acuerdo ha sido firmado, se espera que la transición avance sin contratiempos.