Sin embargo, un dato sorprendente contrasta con esta disminución fronteriza: el informe anual del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) reveló que la administración Biden deportó a 271.484 no ciudadanos en el año fiscal 2024. Esta cifra representa el número más alto de deportaciones en una década, superando incluso el récord de la administración Trump (267.260 deportaciones en el año fiscal 2019).
El ICE atribuye este incremento a la optimización de los procesos de deportación y a los esfuerzos diplomáticos para asegurar la cooperación internacional en la recepción de deportados. "Aumentamos los vuelos de deportación a países tradicionalmente emisores de inmigrantes en América Latina, pero también a países de África y Asia, incluyendo China," señala el informe.
México recibió el mayor número de deportados con 87.298, seguido de Guatemala (66.435) y Honduras (45.923). Aproximadamente el 82% de los deportados habían ingresado ilegalmente al país recientemente y fueron transferidos al ICE por la Patrulla Fronteriza.
Un aspecto relevante del informe es el perfil de los deportados: 88.763 (32.7%) tenían antecedentes penales, con un promedio de 5.63 condenas o cargos por persona. Estos antecedentes incluyen:
- 47.885 agresiones violentas
- 16.552 delitos sexuales
- 10.862 delitos relacionados con armas
- 9.453 atracos
- 2.699 homicidios
- 2.423 secuestros
En noviembre de 2024, la Patrulla Fronteriza registró 46.610 encuentros entre puertos de entrada, una disminución considerable comparada con meses anteriores. Esta reducción, junto a la inesperada alza en las deportaciones, pinta un panorama complejo de la política migratoria estadounidense actual.