El foco de atención se centra en Banyalbufar, un pueblo pintoresco en la Serra de Tramuntana. Ahí, en un yacimiento paleontológico, un equipo internacional liderado por el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y el Museu Balear de Ciències Naturals, ha realizado un hallazgo excepcional: el fósil de un gorgonopsio, un depredador que vivió hace entre 270 y 280 millones de años.
Pero no se trata de cualquier gorgonopsio. Según Josep Fortuny, jefe del grupo de Biomecánica Computacional del Institut Català de Paleontologia, "Es, muy probablemente, el gorgonopsio más antiguo del planeta". Este ancestro de los mamíferos, de aproximadamente un metro de longitud – similar a un husky, aunque sin orejas ni pelaje – presenta un esqueleto sorprendentemente bien conservado. Los restos incluyen fragmentos de cráneo, vértebras, costillas y un fémur en excelente estado, además de dientes de sable que confirman su dieta carnívora.
El descubrimiento es significativo por varias razones. Primero, la antigüedad del fósil: hasta ahora, los gorgonopsios más antiguos se habían encontrado en latitudes altas como Rusia y Sudáfrica. Su presencia en Mallorca, que durante el Pérmico formaba parte del supercontinente Pangea, plantea nuevas interrogantes sobre la distribución geográfica de estas criaturas. Segundo, la forma de locomoción del animal: sus patas, dispuestas de manera más vertical que en los reptiles contemporáneos, representan una adaptación intermedia entre reptiles y mamíferos, crucial para su agilidad como depredador.
El yacimiento, en su época, era una llanura de inundación con charcas temporales, ubicada en una zona ecuatorial con un clima similar al de la África Central actual. El análisis del entorno proporciona información crucial sobre el ecosistema en el que evolucionaron estos precursores de los mamíferos.
Este hallazgo, comentado por Ken Angielczyk, coautor del estudio, como "una era de antiguos parientes mamíferos con aspectos muy diferentes al actual, pero con roles ecológicos fundamentales", posiciona a las Islas Baleares como un punto clave para la investigación paleontológica, ofreciendo una visión única sobre la vida en la Tierra hace cientos de millones de años. El estudio continúa, prometiendo revelar aún más secretos sobre este fascinante capítulo de nuestra historia evolutiva.