El foco de atención se centra en las recientes declaraciones del expresidente estadounidense, Donald Trump, quien arremetió contra el Canal de Panamá, calificando las tarifas como una "estafa" y sugiriendo la posibilidad de que Estados Unidos reclame la administración del Canal. Estas declaraciones, realizadas a finales de 2024, generaron un inmediato revuelo en el panorama internacional. El expresidente aludió a una presunta influencia china en la vía interoceánica y a la necesidad de que Panamá se alinee con los intereses estadounidenses.
Pero, ¿qué hay detrás de estas aparentes acusaciones? Analistas internacionales señalan que la posición de Trump va más allá de una simple disputa comercial. Eddie Tapiero, economista y profesor panameño, señala que: "Hay que entenderla de manera pragmática, como lo han hecho Alemania, Francia, la OTAN. Trump está tratando a su manera de negociar." Esta perspectiva sugiere una estrategia de negociación más compleja, que involucra la geopolítica y los intereses comerciales de Estados Unidos en la región.
La gestión del Canal, operado independientemente por la Autoridad del Canal de Panamá, se encuentra en el centro del debate. Trump criticó las tarifas que considera “exorbitantes”, mientras que el gobierno panameño, representado por José Raúl Mulino, afirmó que estas se establecen transparentemente, considerando las condiciones del mercado y destinadas a la modernización de la vía. Carlos Araúz, economista, explica que la determinación de los peajes escapa a la influencia directa del gobierno panameño. "Los peajes se determinan a través de la junta de gobernadores donde Estados Unidos tiene un representante... Ni siquiera el Gobierno panameño tiene algo que decir sobre el peaje".
Otro aspecto importante que se entrelaza con esta situación es la crisis migratoria. El tránsito de miles de migrantes irregulares por Panamá hacia Estados Unidos es un tema delicado. La posibilidad de que Trump busque una negociación con Panamá sobre la acogida de estos migrantes, retomando una iniciativa rechazada en su anterior mandato, no se descarta.
En resumen, la situación presenta varias capas de complejidad: una disputa comercial, una estrategia geopolítica de Estados Unidos frente a China, consideraciones sobre el precio de los peajes del Canal, y finalmente, las implicaciones de la crisis migratoria. El tiempo dirá cuáles son las consecuencias a largo plazo de estas controversias.