El nombre de Elon Musk resonó con fuerza en los pasillos del Congreso. Su influencia, según trascendió, fue clave en las discusiones, llegando incluso a modificar algunas de las propuestas iniciales. El presidente electo, Donald Trump, a pesar de bromear sobre la imposibilidad de Musk para ocupar la presidencia —“No, Elon Musk no va a ser presidente, eso te lo puedo asegurar”—, se apoya en su experiencia empresarial para el lanzamiento de un proyecto inédito.
Este proyecto, bautizado como Departamento de Eficiencia Gubernamental ("DOGE"), será liderado por Musk y el empresario Vivek Ramaswamy. Su misión: recomendar recortes presupuestales, reducir regulaciones y optimizar la administración federal. William Joseph McGinley fungirá como asesor, coordinando la labor de este grupo con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto. Trump lo defendió afirmando que “Bill trabajará con Elon Musk, Vivek Ramaswamy y su equipo para reconstruir un Gobierno de los Estados Unidos que realmente sirva al pueblo”.
Esta inusual alianza entre el presidente electo y figuras de la talla de Musk ha generado un debate acalorado. Algunos analistas, como Carlos Aguasaco, profesor titular de Estudios Culturales Latinoamericanos del City College de CUNY, señalan que la estrecha mayoría republicana en el Congreso podría obligar a Trump a "movilizar a sus seguidores para intimidar a los opositores", incluso amenazando con respaldar a nuevos candidatos en primarias.
Ricardo Ramírez, estratega y fundador de Forward Shift, agrega una perspectiva más preocupante: “Una estrategia clave de Trump es acaparar la atención del público para usarla como poder. Podría crear incertidumbre sobre el futuro de sus opositores, transformando sus vidas en un circo mediático.” La posibilidad de represalias, incluso el encarcelamiento de opositores, no se descarta.
La agenda de Trump incluye medidas controvertidas, como aranceles a productos extranjeros —hasta un 60% a China y 25% a México y Canadá— y recortes de impuestos masivos para corporaciones y grupos específicos. Además, se propone la reforma del sistema de salud con Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y la posible desaparición del Departamento de Educación, liderado por Linda McMahon, generando preocupación entre académicos y responsables de programas educativos para comunidades latinas.
El gabinete de Trump estará conformado por al menos 11 multimillonarios, con un patrimonio combinado superior al PIB de 169 países. Esta concentración de riqueza en el poder ejecutivo genera temores sobre las prioridades de la nueva administración y la posible prevalencia de intereses empresariales sobre las necesidades de la clase trabajadora. La magnitud de esta situación y sus consecuencias a largo plazo, aún están por verse.