La investigación, liderada por el FBI, se centra en amenazas dirigidas a SpaceX, la empresa de Elon Musk, específicamente a su proyecto Starship, en Boca Chica, Texas. Fuentes periodísticas como el San Antonio Express-News han reportado que la información inicial apunta a un grupo que planeaba sabotear el lanzamiento de un cohete. Un portavoz del FBI en San Antonio confirmó a la agencia EFE la investigación, asegurando colaboración con la policía local y entidades privadas, pero sin dar mayores detalles sobre la naturaleza de las amenazas.
El próximo lanzamiento de Starship, previsto para el 10 de enero, según declaraciones del propio Musk en X, genera expectación global. Este cohete, considerado el más grande jamás construido, pretende revolucionar la exploración espacial privada. Su ambiciosa meta: establecer una presencia humana permanente en la Luna y Marte. Esta visión de Musk, a pesar de su audacia, está alineada con la misión Artemis III de la NASA, prevista para 2026, en la que Starship podría participar tras obtener las certificaciones necesarias. Este hito representaría el regreso de humanos a la superficie lunar después de más de medio siglo.
La estrecha relación entre Musk y el presidente electo, Donald Trump, añade una capa de complejidad al asunto. Musk, quien ha realizado donaciones millonarias a la campaña de Trump, ha sido nombrado para liderar una iniciativa de reforma de la administración pública, creando un nuevo “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE). Esta decisión, por supuesto, no está exenta de polémica.
La actividad de SpaceX en Boca Chica no ha estado libre de controversias. Grupos ambientalistas han expresado su preocupación por el impacto ambiental de los lanzamientos, dada la proximidad a un parque nacional y a un refugio de vida silvestre con especies en peligro de extinción. En julio pasado, varias organizaciones presentaron una solicitud al gobierno federal para prohibir los lanzamientos, acusando a las agencias federales de una evaluación ambiental deficiente. La investigación del FBI, en este contexto, adquiere aún mayor relevancia.
El desarrollo de la investigación y sus implicaciones para el futuro de Starship y la colaboración entre SpaceX y la NASA, quedan pendientes de conocerse. La investigación continúa, con el foco puesto en la seguridad y la certeza de los futuros lanzamientos espaciales.