Crisis económica china: Crecimiento débil y desafíos internos

El índice oficial de gerentes de compras (PMI) manufacturero, un termómetro de la salud industrial del país, se desplomó a 49.1 puntos en enero, un descenso considerable respecto a los 50.1 puntos de diciembre y su peor registro en cuatro meses. Este dato, por debajo de las expectativas de los analistas, enciende las alarmas sobre la fragilidad del sistema.
¿Qué explica esta caída? La respuesta es multifactorial. Si bien las exportaciones y la producción industrial mantuvieron una apariencia de crecimiento – impulsadas por una moneda débil y la deflación – el consumo interno y el empleo se quedaron rezagados. Millones de chinos enfrentan dificultades económicas en medio de una "recesión interna," como la describen algunos expertos.
A este panorama interno se suma la amenaza externa de aranceles a las importaciones chinas. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea imponer un arancel inicial del 10% a partir del 1 de febrero, con la posibilidad de incrementarlo hasta un 60%, para presionar a Beijing por el tráfico de precursores químicos del fentanilo. Esta medida impactará directamente al sector manufacturero y podría exacerbar las tensiones comerciales internacionales.
Mientras el índice de actividad no manufacturera también muestra debilidad, cayendo a 50.2 puntos desde 52.2 en diciembre, el gobierno chino promete nuevos estímulos para 2025. Sin embargo, la preocupación entre los analistas radica en que estos estímulos, como en años anteriores, se centrarán en la infraestructura y la industria, sectores ya saturados, ignorando el fortalecimiento de la demanda interna.
Las políticas actuales de subsidios para la compra de bienes duraderos han tenido un impacto mínimo ante la erosión de los ingresos laborales y la persistente crisis inmobiliaria, que afecta tanto a las familias como a los gobiernos locales. La dependencia de estos últimos en los ingresos por tierras para su financiamiento agrava la situación.
El jefe de estadísticas de la ONU, Zhao Qinghe, atribuyó parte del declive de enero a la "cercanía del feriado del Año Nuevo Lunar y el regreso concentrado de los trabajadores a sus ciudades". Sin embargo, el análisis de los cinco subíndices del PMI manufacturero muestra una preocupante realidad: solo el de plazos de entrega mejoró; producción, nuevos pedidos, inventario de materias primas y empleo se ubicaron por debajo de lo esperado.
La incapacidad para atacar los problemas estructurales de fondo – sobrecapacidad en las fábricas y las presiones deflacionarias – plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo económico chino a largo plazo. El reto para China es complejo, requiriendo una profunda reevaluación de sus políticas económicas para asegurar la estabilidad económica y social.