El anuncio del presidente Donald Trump, realizado el sábado, sobre la imposición de aranceles a bienes provenientes de Canadá, México y China, desató una ola de reacciones. Este anuncio, que prometía una guerra comercial, no solo afectó a los mercados tradicionales, sino que también provocó un desplome en el valor de las criptomonedas.
Bitcoin, la criptomoneda más conocida, sufrió una caída considerable. Después de que el anuncio presidencial se hiciera público, su valor se desplomó por debajo de los 100,000 dólares, llegando incluso a tocar los 92,000 dólares el domingo por la noche. Si bien experimentó una leve recuperación el lunes por la mañana, tras el anuncio de una pausa en los aranceles sobre bienes mexicanos, la volatilidad permaneció alta.
Otras criptomonedas, como Ethereum y Dogecoin, también experimentaron fuertes pérdidas, algunas superando el 10%. Incluso la moneda meme de Trump, lanzada antes de asumir la presidencia, sufrió una dramática caída de aproximadamente el 75%, cotizándose a 19 dólares el lunes, muy por debajo de su máximo histórico.
“Esas son criptos más riesgosas que bitcoin,” explicó Garrick Hileman, un analista de criptomonedas independiente. “Pero es un poco sorprendente cuán grande es la brecha.”
La situación no se limitó al mundo cripto. La venta masiva fue parte de una caída generalizada en los mercados financieros. Trump advirtió sobre posibles consecuencias para los estadounidenses: “podrían sentir ‘algo de dolor’ por las tarifas, que según dijo ‘valen la pena’ para ‘devolverle la grandeza a Estados Unidos’.”
El panorama se complica aún más con la amenaza de nuevos aranceles a la Unión Europea y, posiblemente, al Reino Unido. Esta incertidumbre económica, sumada a la volatilidad intrínseca del mercado cripto, plantea interrogantes sobre el futuro a corto plazo.
Vale la pena recordar que Bitcoin, creado en 2009, ha evolucionado de una novedad marginal a un activo presente en los mercados globales. Su comportamiento, en gran medida, sigue las tendencias de las acciones tecnológicas, demostrando una vez más la interconexión de los diferentes mercados financieros.
Las monedas meme, como la de Trump y la de Melania Trump (esta última con una caída de casi el 90% desde su máximo), representan un segmento altamente volátil de la industria, con precios influenciados por la especulación y la demanda, reflejando una vez más la complejidad del ecosistema criptográfico en un entorno de alta incertidumbre geopolítica.
La trayectoria de las criptomonedas, desde la elección de Trump hasta la actualidad, revela una relación compleja entre la política y las finanzas digitales, con un futuro que sigue abierto a la especulación.