En el centro de esta transformación se encuentra la victoria electoral de Donald Trump y la renovada presión del Partido Republicano. Esta situación ha generado un ambiente complejo para empresas que, en años anteriores, adoptaron con entusiasmo programas de Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad (DEIA).
Google, una compañía que históricamente ha sido vocal en su apoyo a la diversidad, se encuentra ahora en el ojo del huracán. Tras la publicación del informe anual de Alphabet, su matriz, se ha confirmado la eliminación de los objetivos de diversidad en sus políticas de contratación. "Estamos comprometidos con la creación de un lugar de trabajo en el que todos nuestros empleados puedan tener éxito y oportunidades iguales, y durante el último año hemos estado revisando nuestros programas diseñados para ayudarnos a conseguirlo," señala un comunicado de la empresa a Bloomberg. La compañía también menciona la necesidad de evaluar los cambios necesarios tras las recientes decisiones judiciales y órdenes ejecutivas sobre el tema, en su rol de contratista federal.
Esta decisión de Google no es aislada. Varias compañías, incluyendo Walmart, Meta, McDonald’s y Amazon, han realizado ajustes o retrocesos en sus políticas DEIA. El cambio de enfoque se debe, en gran medida, a las presiones legales y políticas generadas por grupos conservadores y la administración Trump. Se menciona, por ejemplo, el decreto emitido por Trump en su primer día en el cargo, ordenando la "terminación de todos los programas discriminatorios... de DEI y DEIA en el Gobierno Federal".
La supresión de la frase "En Alphabet, nos comprometemos a que la diversidad, la equidad y la inclusión formen parte de todo lo que hacemos..." del informe anual de Alphabet es un indicativo claro del giro estratégico de la compañía. En el reporte del año pasado, la palabra "diversidad" aparecía ocho veces; este año, ha desaparecido por completo. Este cambio, sumado a las acciones de otras grandes empresas, refleja una nueva realidad en el panorama empresarial estadounidense, donde la presión política influye directamente en las prácticas de reclutamiento y en la cultura corporativa.
Incluso empresas como Apple están enfrentando presiones similares. Su consejo de administración ha recomendado votar en contra de una propuesta que busca restringir las políticas de diversidad de la compañía, argumentando que "la propuesta es innecesaria, ya que Apple ya cuenta con un programa de cumplimiento bien establecido".
El impacto a largo plazo de estos cambios en la composición y cultura de las empresas tecnológicas y del resto de sectores económicos en Estados Unidos todavía está por verse.