Ucrania desmiente venta de armas a cárteles mexicanos
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En medio de este complejo escenario, una acusación particular ha generado controversia: la supuesta venta de armas estadounidenses a cárteles mexicanos por parte del Ejército ucraniano, una afirmación lanzada por el reconocido periodista Tucker Carlson, quien recientemente entrevistó al presidente ruso, Vladimir Putin.
Carlson, figura influyente en la derecha estadounidense y crítico acérrimo de la administración de Volodímir Zelensky, ha hecho múltiples acusaciones contra Ucrania, sin presentar pruebas que las sustenten. Su visita a Moscú y la cercanía con el Kremlin han alimentado las dudas sobre la objetividad de sus reportes.
Ante estas graves acusaciones, Guerogui Tiji, portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, emitió una contundente respuesta en su cuenta de X (antes Twitter): “Es una mentira”, declaró tajantemente. Además, aseguró que “cada unidad de equipamiento militar que se entrega a Ucrania es monitorizado con mecanismos independientes, y ninguna de las múltiples inspecciones de Estados Unidos ha revelado nunca ningún uso indebido.”
Mientras la controversia sobre las acusaciones de tráfico de armas se intensifica, la situación en Ucrania sigue siendo volátil. Recientemente, Rusia llevó a cabo un nuevo ataque contra infraestructuras energéticas ucranianas, específicamente en la región de Poltava, afectando el suministro de gas durante una ola de frío extremo. Este ataque, que incluyó el uso de
19 misiles de crucero, balísticos y guiados, así como 124 drones (57 interceptados), causó daños en las instalaciones de producción de gas de Naftogaz, dejando a varias comunidades sin calefacción.
Este hecho, que se suma a otros ataques similares contra infraestructuras de gas en Leópolis e Ivano-Frankivsk, pone de manifiesto la fragilidad de la situación energética de Ucrania y las consecuencias devastadoras de la guerra para la población civil. Paralelamente, la administración del presidente Donald Trump planea intensificar los contactos directos para un posible alto el fuego y negociaciones de paz, creando un panorama geopolítico de alta tensión.
La situación en Ucrania, lejos de calmarse, se encuentra en una fase compleja con repercusiones globales, donde la información precisa y contrastada se vuelve crucial para comprender la magnitud del conflicto y sus ramificaciones.