Venta masiva de propiedades federales en Estados Unidos: Trump impulsa cambio radical

La Administración General de Servicios (GSA), bajo la presidencia de Donald Trump, anunció el martes una iniciativa audaz: la venta de cientos de propiedades federales consideradas "no esenciales". Entre ellas, se encuentran sedes emblemáticas como las oficinas centrales del FBI y los departamentos de Justicia, Asuntos de Veteranos y Trabajo. La GSA asegura que esta medida podría generar un ahorro de más de $430 millones anuales en costos operativos, según su comunicado de prensa.
"La decidida acción de la GSA para deshacerse de activos no esenciales aprovecha al sector privado,impulsa mejoras para nuestros clientes gubernamentales y sirve mejor a las comunidades locales", afirma el comunicado de la GSA, justificando la venta. La lista de inmuebles en venta, publicada en el sitio web de la GSA, también incluye edificios que albergan a la Comisión Federal de Comercio, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, y la antigua oficina de correos — esta última, con una historia particular, ya que la Organización Trump mantuvo un arrendamiento de 60 años hasta su venta al hotel Waldorf Astoria en 2022.
Algunos de los edificios afectados, como el Centro Federal Sam Nunn en Atlanta —el edificio gubernamental federal más grande del sureste— albergan personal de múltiples agencias. La GSA aclaró que la mayoría de los inmuebles consisten principalmente en espacios de oficinas, argumentando que su venta evitará que los contribuyentes paguen por espacios vacíos o subutilizados.
Esta decisión se produce en el contexto del llamado del gobierno a los empleados federales para que regresen a las oficinas. Sin embargo, la GSA no ha especificado aún a dónde se reubicará el personal de los edificios que se vendan. La iniciativa recuerda las promesas realizadas durante la campaña presidencial de 2024 por Trump, quien se comprometió a trasladar decenas de miles de puestos de trabajo federales fuera de Washington D.C., hacia lugares que, según él, “están llenos de patriotas que aman a Estados Unidos.”
Previo a esta iniciativa, durante su primer mandato, Trump ya había trasladado la sede de la Oficina de Administración de Tierras de Washington D.C. a Grand Junction, Colorado. Para facilitar estos cambios, la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) y la Oficina de Administración de Personal (OPM) solicitaron a las agencias federales un plan para una "visión positiva de operaciones más productivas y eficientes". Esto incluye propuestas para reubicar oficinas fuera del área metropolitana de Washington D.C., y planes para reducir costos y mejorar la eficiencia a través de la tecnología, con fecha límite para su presentación el 14 de abril y para su implementación el 30 de septiembre.